miércoles, 19 de enero de 2011

Pensar/Sintiendo - Sentir/Pensando.-

Mis amigos dirían que, en ciertos estados solo quiero hablar de aquello que es imposible, lo que no puede ser dicho, aquello para lo cual no hay palabra, puede que eso sea cierto, pero soy heredero de un maestro de las palabras que siempre señalaba que, lo que en realidad quería decir, sabía de antemano que no podría hacerlo jamás, sin embargo en los intentos por decir lo indecible, Borges pudo ponerle poesía y palabras a cosas que antes nunca, perdón por el ejemplo y no está en mi ningún intento de comparancia, (excepto que compartimos el modelo virgo) pero la conciencia de profundas sensaciones que atraviesan este organismo necesitan ser apalabradas de alguna manera aunque seguramente y juro que, lo sé también de antemano, nunca podre escribir lo que quiero, solo puedo ir juntando las palabras que lentamente brotan produciendo ese mágico hilván, pero esas palabras nunca son lo suficientemente significativas para transmitir lo que el mismo organismo intenta decir.

Me pasa lo mismo, y no, con la imagen, ninguna imagen cierra en tanto forma definitiva, toda obra de arte es un portal de múltiples significaciones, pero como experto en imagen siento más facilitado encontrar que, “una imagen vale más que mil palabras” que descubrir un hilván en palabras que signifique mil imágenes o mil sensaciones. La pregunta está golpeando fuertemente en el cerebro, ¿Cómo ponerle palabras a las sensaciones? Esas sensaciones que no son más que un extraño cúmulo de complejas imágenes, imposibles de bajarlas a formas concretas por su diversidad de formas, colores y múltiples dimensiones.

Como dejar hablar las sensaciones, como permitir que mi parte racional lógica, actúe en sintonía con aquello que lo hace pensar, porque parte de mi cerebro ya se dio cuenta de la sincronicidad del sentir, para decirlo del otro lado el sentir sabe que siente en función de ese pensar, claramente ese sentir, sintoniza con el aspecto lógico y juntos desarrollan un juego mucho más profundo, donde ninguno de los dos aspectos prevalece, pero cuyos resultados pertenecen a un nivel de juego donde; el ganar/perder, el bien/mal, la razón vs sentimiento, pierden sentido, ja, ja… eso, pierden sentido… perdón!!!

Quiero decir que, cuando esa sintonización se hace visible en un mismo sistema, el pensamiento no puede dejar de sentir y el sentimiento no pueden dejar de generar pensamiento, pero aquí se nos presenta la paradoja, porque no se me arma una síntesis permanente que permita “pensar/sintiendo” o “sintiendo el pensar”, como si eso requiriera una enorme cantidad de energía que este sistema todavía no puede generar y permanecer ahí, en un estado que es, apenas un poco más complejo que lo habitual. De todos modos como esa es mi realidad solo desde ahí puedo compartirlo, y esto mismo es lo que no encuentra la manera de ser dicho. ¿Cómo descubre cada organismo pensante, que su pensar está condicionado por lo que siente? ¿Cómo descubre cada organismo sensible que su sentir está condicionado por lo que piensa?

En principio esto aparece como dos sistemas independientes, donde cada parte siente que es “libre” y está separada de la otra, solo darse cuenta de esto es de fundamental importancia, registrar la profunda interacción entre dos modelos o dos maneras de inteligencia, lo que en algún momento denominamos o separamos como mental e inteligencia corporal, pero debemos preguntarnos donde habita la inteligencia racional si no en el cuerpo, o preguntarnos también a que le llamamos inteligencia porque visto por separados tanto el mundo emocional como racional son dos formas mecánicas de lo mismo, emociones condicionadas por pensamientos inconscientes y pensamientos condicionados por un mundo emocional en pánico, claro el pensamiento también está en pánico, alejándose cada vez mas de aquello que le da origen.

En el campo de la dualidad esta batalla está perdida de antemano, pareciera que no habrá conciliación posible, pero es lo propio del sistema dual lo que produce la separación, entonces no deberíamos erradicar de nuestro cerebro o de nuestro cuerpo la sensación de separación, ¿por dónde comenzamos? Ya sé que todos, o casi todos decimos que somos uno con el universo, pero que significa eso para cada uno de nosotros, estos organismos mecánicos que somos. Estamos dispuestos a vivir esa experiencia, porque, esta lindo decirlo, suena hasta bien, incluso nos parece un gran descubrimiento, pero podremos sentir en serio el peso, o la carga, o la alegría de lo que nos estamos dando cuenta, en un punto pareciera que sí, pero cuando alejo un poco la mirada, cuando nos encontramos en vínculos, cuando interactúo con otros, los nuevos sistemas descubiertos desaparecen y vuelven los viejos sistemas de control, para que todo siga igual, total ya me di cuenta dice una parte del sistema… Pero no se trata solo de darse cuenta, se trata de descubrir cómo es vivir en ese estado, donde todos somos uno, en contacto con el universo, que implica en contacto con todos los otros seres vivientes o no, del sistema, lo que implica en contacto con esa enorme y profunda complejidad que soy.

Claro que hay dualidades, dos piernas, dos brazos, dos manos, dos ojos, etc., sistemas duales que hay aprendido a cooperar uno con otro lo que hace que podamos caminar, realizar, crear belleza con nuestras manos, ver tridimensionalmente. Pero también tenemos dos partes en el cerebro que todavía no han aprendido a operar en conjunto, la vida se expresa a través de la sexualidad, pero estamos dispuestos a sentir en el cuerpo que somos uno con el sexo “opuesto”. Pero, llevar esa dualidad que da forma a la vida en este planeta a otros niveles que definimos como; bueno/malo, arriba/abajo, cielo/infierno, etc., me aparece casi una literalización, una forma de pensamiento que cree saber cómo son las cosas, sencillamente porque no tolera no saber, porque no soportamos ponerle el cuerpo a experimentar de veras que es la sexualidad, que es el amor, que es la muerte, palabras con las que llenamos nuestros abarrotados cerebros de información, pero por lo mismo, un cerebro que no está dispuesto a experimentar para aprender, solo quiere saber, que alguien le diga, que alguien sepa cómo es la vida, así no tengo nada que descubrir.

Para cerrar, que es como abrir un poco más, tolerar la carga de energía que implica una inteligencia que no diferencia entre pensar/sentir es de una enorme importancia, pero no será fácil ya que significa ponerle el cuerpo a un estado que lejos esta de ser algo conocido, por lo tanto el sistema intentara volver a sensaciones y pensamientos conocidos y así volvemos a la dualidad del comienzo donde lo conocido, aunque molesto, termina apropiándose de todo el sistema y las nuevas sensaciones son replegadas hasta que el sistema vuelva a encontrar la energía suficiente para poder permanecer en ellas sin conflicto, esta vez por un poco más de tiempo, es un entrenamiento, un descubrir que debe hacer cada sistema particular, cuanto más tiempo podamos permanecer en estado de pensar-sintiendo más potente será la energía irradiada por cada sistema y entonces ser uno con todos, uno con el cosmos dejara de ser una idea y comenzara a tener cierta tangibilidad en estos mecanizados cuerpos.-

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