jueves, 19 de agosto de 2010

LA MUERTE NOS SIENTA BIEN.-

Este trabajo será expuesto en el contecto del Festival de la Luz, el Viernes 27 de Agosto en el Baldío Móvil como parte de la muestra "Desidentidad".-

“La muerte nos sienta bien” es la posibilidad que tengo de elaborar en una serie de imágenes, un complejo sentimiento sobre la necesidad humana de perdurar infinitamente, ya sea a través de las creencias, a través de obras, museos, mausoleos y últimamente en la ciencia a través de la congelación o la clonación.
Porque, hoy por hoy en el planeta, hay todavía muy pocos interesados en descubrir profundamente la importancia de ponernos en contacto con ese aspecto de la realidad; “todos nos vamos a morir” pero mejor no pensar en eso, decía mi abuela.

Hay una realidad casi tangible, la vida no quiere morir, podemos observar esto en las plantas y en los animales, el aspecto vida de la estructura vida/muerte parece querer ganar una batalla perdida de antemano, es decir a mi manera de ver, ninguna planta acepta su destino sin aferrarse al ultimo vestigio de humedad, ningún conejo, en las mandíbulas del lobo aceptará en si, su ultimo aliento y esto es muy comprensible la compleja estructura vida/muerte se expresa así, sabiendo además que, todo esto esta siendo mirado por un sistema vida/muerte, una bio-maquina que forma parte se esa misma estructura que intenta mirar.

Hasta donde sabemos algo nos diferencia del resto de las especies, decimos que tenemos conciencia, somos hasta donde sabemos, los únicos que pensamos en que nos vamos a morir pero ¿tenemos conciencia realmente? ¿ tener conciencia, es lo mismo que saber? Si la tuviéramos, porque tenemos tanto rollo, tanto miedo, porque nos resulta tan difícil aceptar la naturaleza y la naturaleza no es que, a cierta edad nos vamos a morir o que debería ser así porque esto es lo natural, hay muerte porque hay nacimiento, pero nos olvidamos de esto muy rápidamente, y esta claro que la vida lo muestra a cada instante, no hay una edad para morirse, sencillamente porque no depende de nosotros, donde esta escrito que un padre no debiera enterrar a sus hijos cuando la historia esta plagada de estas historias, esas mismas historias de dos o tres generaciones atrás donde lo natural era que una madre perdiera a varios de sus hijos y vivía con eso, naturalmente.

El saber que voy a morir trae aparejado todo un tema existencial, una monumental pregunta sobre el sentido, pero nada se soluciona por ahí, este cuerpo que escribe sigue teniendo miedo, algo de la vida en el, se sigue resistiendo, juega a no dejar ingresar la información que en realidad ya esta adentro, el cuerpo sabe del paso del tiempo, lo sabe, lo ve, lo siente, es decir lo experimenta a cada paso, pero… y entonces? Que es lo que sucede, porqué este cuerpo no aprende, o mejor dicho como hago para enseñarle, para calmarlo y que acepte lo que la planta o el conejo en su estadío no pueden aceptar.

No será esta la función de la conciencia, entrenar el cuerpo, ayudarlo a comprender, amansar cada célula, para que felices viajen hacia el final de la existencia, como serian nuestros cuerpos si viajáramos con menos miedos, con menos recuerdos, menos memorias…
Vamos a morir y vamos a ser olvidados porque ese es nuestro destino, por mas lapidas y epitafios que construyamos, cada 80 o 100 años desaparecen de la faz de tierra los seis mil millones de humanos que la habitan, cada siete años se renuevan la totalidad de las células del cuerpo, pero toda mi vida esta centrada en ser cada vez mas lo que fui o sea pura memoria y casi nada de eso que realmente soy, algo nuevo cada día, un continuo despertar, un continuo redescubrimiento, en cada acto, en cada vinculo, en cada encuentro.
Cuanta energía perdemos no aceptando lo que la vida nos dice a gritos a cada instante; estamos a su merced, es un hecho, cuantos milenios más tardaremos en incorporar a nuestra conciencia una información tan obvia. Que así sea.-