miércoles, 22 de septiembre de 2010

Solo un tema de sensibilidad.-

Fotografías de: Lorena bracco, Mache del Campo y Anibal Rodolico.-

Toda persona que se precie de ser tal se siente algo independiente de aquello que le dio origen, al mismo tiempo llegamos al final de esa “existencia” siendo niños, porque jamás dejamos de llamarlos papá o mamá.
Nos cuesta muchísimo ver la compleja trama en la que estamos inmersos, somos hijos de la tierra y como tales nuestro destino es el de ella, independientemente de lo que nuestro cerebro piense, es decir la vida de un ser particular tiene destino común con la familia de origen, a su vez esta tiene un destino común con los vecinos de la cuadra, estos tienen un co-destino con el barrio, el barrio esta co-destinado con la ciudad y así también podíamos decir que la tierra tiene un destino común con el sistema solar y este con la galaxia de la cual este, es una micronesima parte.
Podríamos decir que una persona es una pieza particular de la maquina familia, que la familia es una pieza particular dentro del la maquina general que es la sociedad y así….
Pero es importante ver donde estamos parados, por lo general vemos la sociedad, el sistema, el país, el planeta, como algo ajeno a nosotros, en el mejor de los casos sentimos que formamos parte de la maquina familia solo porque es la mía, pero en lo profundo ni siquiera estoy interesado en ella, creo que no estamos interesados en un otro particular ni en lo otro general porque solo veo la construcción de mi mundo particular, que por supuesto es imaginario y desde esta perspectiva imaginaria, defino, critico, opino, creyéndome interesado por la totalidad de la existencia y sintiéndome parte, pero estando totalmente aislado, sin vincularme jamás. Lo que quiero decir es que, si a una persona le pasa algo (lo que sea) lo primero que vemos es que eso le paso a esa persona y nos cuesta ver que en realidad eso que experimenta, también lo siente la familia, lo siente el grupo de amigos los sienten las familias de cada uno de los amigos, aunque entre ellas no se conozcan y así…. ¿Como podría ser de otro modo? Sin embargo en general no nos pensamos como seres co-destinados y entretejidos viviendo (sintiendo) similares experiencias dentro de grupos particulares. Es decir una persona es un caso particular dentro de un grupo general (familia) y esta es un caso particular dentro del barrio y así, entonces; ¿donde ponemos la mirada, o lo que seria mas importante, la sensibilidad? en la vida particular o podremos realizar un mirada mas genérica, quiero decir, si estoy preocupado por lo que me pasa a mi creyéndome solo una pieza particular e independiente o podemos ver toda la maquina planetaria, es simplemente un tema de sensibilidad. ¿Que estoy dispuesto a mirar? cuanto mas abarque con la mirada, mas interesado estaré en la totalidad del juego general y menos importante será lo particular, la pregunta es, en que estamos interesados, en que tipo de mundo queremos vivir, que realidad queremos construir, una que deje ver el entretejido y la insignificancia de aquello que llamamos “personal” o seguir adjudicándonos importancia y no ver lo profundo del juego de la vida que nos juega.
Creo que si estamos interesados en la totalidad del juego, esto nos permite tomar contacto con un inmenso caudal de energía, que es lo propio de la vida, pero que si seguimos viéndonos como seres independientes que hacen lo que quieren los resultados están a la vista, somos seres complicados, desvitalizados y por supuesto queriendo vivir otra vida, lo que es lo mismo “vivir la vida de otro” como esto no es posible creo que la alternativa esta delante de nuestros ojos, aceptar el juego de la ola de vida que nos lleva donde quiere, aflojando nuestros torturados cuerpos para alinearlos con el caudal de energía cósmica que seguro tiene un plan para la existencia planetaria, pero que en ese plan la importancia de “ser” no llega a grano de arena, si no que es algo mucho mas insignificante todavía, esto puede sonar doloroso, duro, increíble o como cada uno quiera llamarlo, ya sabemos, podemos pensar lo que queramos ¿Podemos pensar lo que queramos…?
Pero la vida, la vida es otra cosa y nosotros, seguro no sabemos que es o por lo meno no es lo que nosotros creemos, porque ese misterio cósmico por ahora, esta mucho mas allá de la conciencia humana.
Esta mañana, en una charla, se me armaba un imagen, mas que una imagen era una lenta película, una especie de imagen circular en movimiento, curiosamente la imagen no estaba en el cerebro, estaba en el pecho, se trataba de ver como algo que parecía ser una escenografía, una estructura, comenzaba a desparramarse, estanterías completas caían y se deshacían en mil pedasos, pero al caer todo, la escena mostraba los hilos, las sogas, los piolines con que esa escenografía era sostenida, al mismo tiempo mientras los piolines se deslizaban por la poleas tiraban de una nueva imagen, algo ínfimo, una especie de punto luminoso o diamante, o lámpara con forma de estrella comenzaba a desplegarse, como un pase de magia, ese punto luminoso mostraba una realidad llena de luz, de una belleza extraordinaria, cuando mas caía la escenografía, esa realidad ordinaria mas se desplegaba era una realidad mágica indescriptible.
Al mismo tiempo pasaba algo mas extraordinario todavía, como si la película también estuviera filmada desde adentro de ese punto luminoso, entonces la imagen adquiría una forma circular infinita la cámara desde adentro mostraba como al desplegar esa belleza, esa magia, esa realidad extraordinaria, las sogas se deslizaban y permitían que toda escenografía se derrumbara, entonces la misma película siempre en cámara lenta podía ser mirada desde ambos lugares, en simultaneo, pensaba luego que era un claro juego entre hemisferio izquierdo y hemisferio derecho interactuando sin competencia, ninguno tenia prioridad sobre el otro eran complementarios, cada hemisferio construyendo o destruyendo la “realidad” pero lo mas importante para mi era la presencia de las sogas y piolines que hacían que la estructura, la escenografía necesariamente desaparecieran y esto permitiera desplegar la belleza de algo indescriptible o el despliegue de “eso” que defino que “lo bello” para no llamarle amor, soltaba los hilos de la realidad “esa pura escenografía que construimos cotidianamente” una película circular sin final, ni comienzo pero además podía ser vista desde diferentes lugares.
Aunque no hace falta, quiero aclarar que no estamos fumando nada y el mate tiene los yuyos de siempre, al mismo tiempo esta experiencia es gracias al trabajo que venimos desarrollando.
Volviendo al principio, puedo elegir ser una foto, una imagen fija, sin vida, un tiempo congelado y separada del mundo real o puedo formar parte de una película multidimencional, del chorro continuo de la vida, donde solo hay circulación y mas circulación, así de manera infinita, de puro vértigo para un cerebro fijado en la foto, en la autoimagen, en aquello que se define a si mismo como “soy esto” dejando de lado una infinita gama de posibilidades de “ser”.-