lunes, 31 de enero de 2011

¿MADUREZ O DESVITALIZACIÓN?


Toda forma o sistema en este planeta se alimenta de formas o sistemas menores, o sea le quitan su energía, la cadena alimenticia es solo un pequeño ejemplo de cómo sistemas con estrategias más exitosas viven de la energía de sistemas con menos estrategias, en dicho ejemplo pareciera que la cadena alimenticia se corta en lo humano ¿será así? o alguien o algo se está alimentando de nuestra energía mientras estamos “vivitos y coleando”. La pregunta necesaria es, como hacemos en cada sistema/cuerpo, para dar nuestra energía, consumirnos en ese acto y prácticamente llegar al final de nuestras vidas totalmente desvitalizados. Que hace que, cada uno de nuestros sistemas no perciba que vamos quedándonos con muy poca energía para abordar una madurez con mayor vitalidad, pero la realidad es que llegado a cierta edad los pequeños sistemas que somos no puede disfrutar del buen pasar para lo cual cree, trabajó toda su vida.

Pero darnos cuenta que, envejecer no es madurar es de gran significación y no tenemos el ejercicio de trabajar sobre esto, presumimos que tener cierta cantidad de años te convierte automáticamente en una persona sabia, pero creo que estamos muy lejos de una realidad que está a la vista de todos, las personas mayores en general están tan
preocupadas del mañana como cuando se casaron, o cuando construyeron sus casas o cuando tuvieron hijos, siempre pensando en el futuro en general, nunca un hoy, un ahora o la sola reflexión de que por ahí ni siquiera llegaremos a viejos. Que hace falta para pensar seriamente, como dejamos pasar la vida, por ideas y anhelos absurdos de un mundo mejor, solo por decir algo, sin responsabilizarnos que, vivir esta vida tiene algún significado profundo, y que ese significado es, en este mundo, que es en donde nacemos y, que no hay ni habrá otra vida, y que, por miles y miles de años más, no habrá otro mundo, que nuestra mirada es determinante para aceptar lo que es, esa realidad tangible, amigable, potentemente amorosa y también poderosamente destructiva, pero que todo eso está mucho más allá de nuestras humildes comprensiones.

Hay una manera de estar que tiene que ver con abandonar ideas previas, con dejar de hacer lo que nos dicen, con dejar de preguntar qué es lo que tenemos que hacer, con dejar de creer que sabemos lo que tenemos que hacer, porque todo eso es sencillamente viejo, si pudiéramos dejar atrás todo eso, comenzaría un proceso de descubrir en cada cuerpo, en cada sistema viviente que encarnamos, que es lo que tenemos que hacer. Pero cuando comienza ese proceso algo se pone más complejo, mas difícil de significar, es cuando comenzamos a sentir una tremenda ambivalencia, y otra vez aparecen los interrogantes; está bien, está mal lo que estoy sintiendo, lo que estoy pensando, es que nadie me lo puede decir, tengo que seguir descubriendo, eso no para nunca, porque nada es definitivo, puedo descubrir una tremenda verdad, profunda, potente, pero si sigo la experiencia del descubrimiento eso no durara mucho porque aparecerán otras verdades, otros sentires más complejos aun que los anteriores, en un camino que comienza a ser infinito, precisamente porque no tiene límites, porque no se llega a ningún lado, porque ningún sentido profundo puede ser eterno, lo eterno es el constante descubrimiento de aquello que soy y que nada puede definirlo en forma permanente, solo pasajero, una forma pasajera en constante movimiento o transformación o sea la vida misma, tal y como se expresa en este bellísimo planeta.

Pero en nuestros sistemas de vidas, por todos aceptados, que son viejos por naturaleza, no pescamos o no queremos darnos cuenta de las enormes posibilidades creativas, vitales, que tiene cada uno de los organismos que somos, obedecemos o nos revelamos, que es lo mismo, para que nada cambie, porque no queremos cambiar, queremos que nos reconozcan, que nos quieran como somos y ¿Cómo somos? Eso ya está definido de antemano, creo que soy de una cierta manera, me dicen como soy y quiero confirmar que soy eso que me dicen, no tengo interés en averiguar que quizás no sea como dicen, como creo, o ni siquiera como quiero. Descubrir que soy un desconocido, aun para mí, me desubica, no entra en los acuerdos preestablecidos, me hace sentir fuera del sistema que necesita de mi energía para que todo siga igual, es decir dejarnos sin energía, el sistema “toma todo” y da, nada, porque el sistema de acuerdos en el que vivimos no tolera el cambio, necesita absorber la energía, la vida de los sistemas más pequeños porque así vive, en forma estable, aparentemente nos da algún tipo de garantías pero, ¿Cuales son realmente esas garantías? ¿Dónde están? ¿Están?

Animarnos a sentir un poco más allá de lo conocido, animarnos a pensar un poco más, en una forma compleja, animarnos a decir que, no sabemos que es la vida o que significa ser un hombre o una mujer, sin caer en respuestas conocidas, mecánicas, aprehendidas, es todo un desafío, pero es necesario para que aparezca una nueva conciencia, que no puede ser el resultado del trabajo de uno o unos pocos, sino la responsabilidad de muchos, de todos. Responsabilidad que cada uno debe asumir, hacerse cargo de la propia existencia, no tirar la pelota afuera de aquello que debe ser investigado por cada uno de los sistemas que somos. Si esto fuera posible, el nuevo mundo está al alcance de nuestras miradas, de nuestros corazones, con todo el desafío de aceptación que esto implica, aceptar lo desconocido, de la vida tal y como es, del amor como una experiencia concreta, del dolor y la muerte como un misterio, pero sin ideas a priori, sin definiciones duraderas, sin verdades eternas, sin convertir el descubrimiento en palabras vacías, repetitivas, muertas.-

miércoles, 19 de enero de 2011

Pensar/Sintiendo - Sentir/Pensando.-

Mis amigos dirían que, en ciertos estados solo quiero hablar de aquello que es imposible, lo que no puede ser dicho, aquello para lo cual no hay palabra, puede que eso sea cierto, pero soy heredero de un maestro de las palabras que siempre señalaba que, lo que en realidad quería decir, sabía de antemano que no podría hacerlo jamás, sin embargo en los intentos por decir lo indecible, Borges pudo ponerle poesía y palabras a cosas que antes nunca, perdón por el ejemplo y no está en mi ningún intento de comparancia, (excepto que compartimos el modelo virgo) pero la conciencia de profundas sensaciones que atraviesan este organismo necesitan ser apalabradas de alguna manera aunque seguramente y juro que, lo sé también de antemano, nunca podre escribir lo que quiero, solo puedo ir juntando las palabras que lentamente brotan produciendo ese mágico hilván, pero esas palabras nunca son lo suficientemente significativas para transmitir lo que el mismo organismo intenta decir.

Me pasa lo mismo, y no, con la imagen, ninguna imagen cierra en tanto forma definitiva, toda obra de arte es un portal de múltiples significaciones, pero como experto en imagen siento más facilitado encontrar que, “una imagen vale más que mil palabras” que descubrir un hilván en palabras que signifique mil imágenes o mil sensaciones. La pregunta está golpeando fuertemente en el cerebro, ¿Cómo ponerle palabras a las sensaciones? Esas sensaciones que no son más que un extraño cúmulo de complejas imágenes, imposibles de bajarlas a formas concretas por su diversidad de formas, colores y múltiples dimensiones.

Como dejar hablar las sensaciones, como permitir que mi parte racional lógica, actúe en sintonía con aquello que lo hace pensar, porque parte de mi cerebro ya se dio cuenta de la sincronicidad del sentir, para decirlo del otro lado el sentir sabe que siente en función de ese pensar, claramente ese sentir, sintoniza con el aspecto lógico y juntos desarrollan un juego mucho más profundo, donde ninguno de los dos aspectos prevalece, pero cuyos resultados pertenecen a un nivel de juego donde; el ganar/perder, el bien/mal, la razón vs sentimiento, pierden sentido, ja, ja… eso, pierden sentido… perdón!!!

Quiero decir que, cuando esa sintonización se hace visible en un mismo sistema, el pensamiento no puede dejar de sentir y el sentimiento no pueden dejar de generar pensamiento, pero aquí se nos presenta la paradoja, porque no se me arma una síntesis permanente que permita “pensar/sintiendo” o “sintiendo el pensar”, como si eso requiriera una enorme cantidad de energía que este sistema todavía no puede generar y permanecer ahí, en un estado que es, apenas un poco más complejo que lo habitual. De todos modos como esa es mi realidad solo desde ahí puedo compartirlo, y esto mismo es lo que no encuentra la manera de ser dicho. ¿Cómo descubre cada organismo pensante, que su pensar está condicionado por lo que siente? ¿Cómo descubre cada organismo sensible que su sentir está condicionado por lo que piensa?

En principio esto aparece como dos sistemas independientes, donde cada parte siente que es “libre” y está separada de la otra, solo darse cuenta de esto es de fundamental importancia, registrar la profunda interacción entre dos modelos o dos maneras de inteligencia, lo que en algún momento denominamos o separamos como mental e inteligencia corporal, pero debemos preguntarnos donde habita la inteligencia racional si no en el cuerpo, o preguntarnos también a que le llamamos inteligencia porque visto por separados tanto el mundo emocional como racional son dos formas mecánicas de lo mismo, emociones condicionadas por pensamientos inconscientes y pensamientos condicionados por un mundo emocional en pánico, claro el pensamiento también está en pánico, alejándose cada vez mas de aquello que le da origen.

En el campo de la dualidad esta batalla está perdida de antemano, pareciera que no habrá conciliación posible, pero es lo propio del sistema dual lo que produce la separación, entonces no deberíamos erradicar de nuestro cerebro o de nuestro cuerpo la sensación de separación, ¿por dónde comenzamos? Ya sé que todos, o casi todos decimos que somos uno con el universo, pero que significa eso para cada uno de nosotros, estos organismos mecánicos que somos. Estamos dispuestos a vivir esa experiencia, porque, esta lindo decirlo, suena hasta bien, incluso nos parece un gran descubrimiento, pero podremos sentir en serio el peso, o la carga, o la alegría de lo que nos estamos dando cuenta, en un punto pareciera que sí, pero cuando alejo un poco la mirada, cuando nos encontramos en vínculos, cuando interactúo con otros, los nuevos sistemas descubiertos desaparecen y vuelven los viejos sistemas de control, para que todo siga igual, total ya me di cuenta dice una parte del sistema… Pero no se trata solo de darse cuenta, se trata de descubrir cómo es vivir en ese estado, donde todos somos uno, en contacto con el universo, que implica en contacto con todos los otros seres vivientes o no, del sistema, lo que implica en contacto con esa enorme y profunda complejidad que soy.

Claro que hay dualidades, dos piernas, dos brazos, dos manos, dos ojos, etc., sistemas duales que hay aprendido a cooperar uno con otro lo que hace que podamos caminar, realizar, crear belleza con nuestras manos, ver tridimensionalmente. Pero también tenemos dos partes en el cerebro que todavía no han aprendido a operar en conjunto, la vida se expresa a través de la sexualidad, pero estamos dispuestos a sentir en el cuerpo que somos uno con el sexo “opuesto”. Pero, llevar esa dualidad que da forma a la vida en este planeta a otros niveles que definimos como; bueno/malo, arriba/abajo, cielo/infierno, etc., me aparece casi una literalización, una forma de pensamiento que cree saber cómo son las cosas, sencillamente porque no tolera no saber, porque no soportamos ponerle el cuerpo a experimentar de veras que es la sexualidad, que es el amor, que es la muerte, palabras con las que llenamos nuestros abarrotados cerebros de información, pero por lo mismo, un cerebro que no está dispuesto a experimentar para aprender, solo quiere saber, que alguien le diga, que alguien sepa cómo es la vida, así no tengo nada que descubrir.

Para cerrar, que es como abrir un poco más, tolerar la carga de energía que implica una inteligencia que no diferencia entre pensar/sentir es de una enorme importancia, pero no será fácil ya que significa ponerle el cuerpo a un estado que lejos esta de ser algo conocido, por lo tanto el sistema intentara volver a sensaciones y pensamientos conocidos y así volvemos a la dualidad del comienzo donde lo conocido, aunque molesto, termina apropiándose de todo el sistema y las nuevas sensaciones son replegadas hasta que el sistema vuelva a encontrar la energía suficiente para poder permanecer en ellas sin conflicto, esta vez por un poco más de tiempo, es un entrenamiento, un descubrir que debe hacer cada sistema particular, cuanto más tiempo podamos permanecer en estado de pensar-sintiendo más potente será la energía irradiada por cada sistema y entonces ser uno con todos, uno con el cosmos dejara de ser una idea y comenzara a tener cierta tangibilidad en estos mecanizados cuerpos.-